Comunicaciones personales

viernes, 4 de mayo de 2007

Guardia Civil

Supongo que sé de la Guardia Civil lo que la mayoría de la gente. Pero también supongo que, al igual que otras particularidades de la cultura española, aunque nosotros tengamos el concepto medianamente claro, resulta difícil de explicar a los amigos que tenemos en el extranjero, así que este texto va para ellos. Objetivamente hablando, la Guardia Civil es un cuerpo de seguridad híbrido: viven acuartelados y se someten al rigor militar, pero cumplen funciones comparables a las de la policía: tráfico, persecución de delincuencia común, delitos especiales contra el medio ambiente o informáticos, antidroga...Supuestamente, lo único distintivo de la Guardia Civil es eso, que son distintos, visten de verde y llevan tricornio (bueno, y ni ésto último). Se supone que históricamente han sido siempre más duros, pero yo no sabría decir si actualmente son más duros que los antidisturbios o la policía nacional en general. Han tenido una especial relevancia en la lucha contra ETA, lo cual ha tenido sus luces y sus sombras, grandes logros pero también Intxaurrondo, y tampoco en esto se diferencian claramente de otros cuerpos de seguridad. Dominaban en el medio rural y ahí es donde hubo más sangre por ejemplo durante la Segunda República, en forma de represalias cruzadas entre vecinos y parejas (ver por ejemplo las "Memorias Políticas y de Guerra", de Azaña). Ya fue un error que se creara otro cuerpo más, paralelo, los Guardias de Asalto, entonces, un error del estilo del que supuso cambiar la bandera: un intento de complicar más el esquema organizativo en vez de resolverlo, por no hablar de la triste historia de Calvo Sotelo. Duante el franquismo se ocupaban, entre otras cosas, de "tener en danza" a ciertos colectivos sospechosos, como los "quinquilleros", gitanos que vivían de hacer pequeñas chapuzas, itinerantes, siempre viajando y pernoctando pocas noches en cada pueblo. El Lute iba con su familia por los pueblos del norte de Ávila, de pequeño, y los uniformes verdes seguro que fueron los primeros que conoció. El General de la Guardia Civil que estuvo al frente del cuerpo ya durante la transición (Sáenz de Santamaría), curiosamente, se mostró dubitativo y al final dejó estar el estatus del cuerpo, separado de la policía: creía que la competencia entre ambos cuerpos redundaba en una mejora del servicio, a pesar de la patente ineficacia provocada por las redundancias de recursos para las mismas funciones. La Guardia Civil ya entrados los años 80, seguía siendo muy suya, y distinta. Próxima a la gente, era pública y podías tomarte un café con el guardia civil que vivía a dos manzanas de tu casa. Pero también secreta, porque no podías ir a su casa como podías entrar en cualquier otra: prohibido aparcar enfrente e inspección de la garita antes de pasar. Producía respeto y a la vez cierta antipatía tener que rendir tantas cuentas para ver a una amiga, allí cerca, en Valladolid, en su casa en el cuartelillo. Pero en realidad, muy poca gente ha sido capaz de ver las cosas "desde dentro". El "chollo" que representaba tener casa gratis es envidiable cuando la casa está nueva, pero ahora ese mismo edificio de mi amiga está decrépito, y el tema de las infraestructuras ya fue motivo de suficiente vergüenza cuando lo del escándalo de Luis Roldán, capturado esperpénticamente en una localización que desde luego no era Laos. Vaya un ejemplo de cambio, un civil al frente de la Guarcia Civil en lugar de un militar y resulta que salió con esta estafa. Pero, insisto, este escándalo entre otras cosas dirigió todas las miradas hacia los grandes números, y las jerarquías: ¿Cómo vivían, mientras tanto, los guardias civiles de base? ¿Qué película se ha hecho sobre ellos? ¿Hay alguna novela u obra de teatro o gran reportaje que se haya titulado "memorias de un guardia civil"? ¿Es que la vida de los guardias civiles no tiene ningún interés o signo distintivo que merezca atención? Pues parece que sí: las asociaciones profesionales que nadie conocía, hasta el día la manifestación de la Plaza Mayor. Una vez más, los verdaderos cambios y revoluciones se van generando desde dentro y desde la base, y no desde fuera y desde arriba. Parece que los propios guardias civiles y no sólo los analistas o estudiosos proclaman lo evidente: que la Guardia Civil, si actúa como policía, viste como policía, y cobra como policía, ¡es que es policía!. Para qué seguir insistiendo en que sea un ejército en la calle: ¿para defender al Estado contra los ciudadanos? ¡no en una democracia! ¿para defender a los ciudadanos contra el Estado? ¡para eso ya hay otros medios igual de eficaces! ¿para defender a unos ciudadanos contra la agresión de otros? Pues sí, nada más y nada menos que eso: osea, lo mismo que la policía. La Guardia Civil tiene unidades expertas muy valiosas, pero, ya lo saben las empresas privadas desde hace tiempo, los movimientos que se hacen sin dar ni palabra ni voto a los empleados, en algún momento empieza a detener el crecimiento de la empresa, que pierde comba y acaba sucumbiendo a sus competidores. Seguramente la mayoría de los españoles no quiere que desaparezca la Guardia Civil, pero sí que se reconvierta.Un saludo, y mi apoyo a las reivindicaciones de los amonestados por la manifestación en la Plaza Mayor de Madrid, fuisteis muy valientes, al ir de cara y con uniforme. Saludos y ánimo: las revoluciones como las que estáis provocando son de esas que son ejemplares, porque no dejan sangre ni muertos. Tenéis las de ganar.

¿Son felices los funcionarios?

Mi padre siempre me decía “hijo, los funcionarios tienen que ser necesariamente felices: tienen su vida asegurada”. Desde luego, mi padre sabe lo que es vivir una aventura y un agobio continuado, año a año, pendiente siempre de las ventas y de los resultados, en la S.L. que formaban él y sus dos hermanos. En mi familia no ha habido nunca (hasta donde yo puedo contar) ningún funcionario, más aún, la inmensa mayoría de sus miembros han sido autónomos o empresarios, es decir, emprendedores en el mercado capitalista, por lo que el mundo del funcionariado viene a ser para nosotros “ese otro país donde se vive mejor”. Por supuesto, cabe la pregunta: si tan seguros estamos todos de la felicidad de los funcionarios, ¿por qué no ingresó nadie en el cuerpo? La razón histórica es simple: uno no se propone lo que no puede conseguir, debido a la falta de estudios. Los años 50 y siguientes las familias numerosas urgían a traer pan a casa. Pero lo curioso es que después se ha mantenido la tradición, e incluso la primera persona que accedió a los estudios universitarios se estableció por cuenta propia tan pronto como pudo. Yo de hecho soy uno de los que está rompiendo la regla trabajando por cuenta ajena (aunque un ramalazo sí he tenido, incluyendo la fundación de una S.L. con dos amigos que al final no fructificó). Este esquema es muy general: No se nos olvide que España es fundamentalmente un país de PYMEs. Pero, en fin, me estoy desviando indebidamente del objeto de este escrito. Reitero: ¿son realmente felices los funcionarios? Desde luego, existen condiciones objetivas irrebatibles a favor de su estatus como trabajadores: tienen más tiempo libre, debido a los moscososos y que se permiten (por increíble que parezca) tener también becarios en quien descargar tareas engorrosas (ésa es la triste definición de la palabra “becario” en nuestros días). Además, tienen su vida efectivamente asegurada, con un sueldo estable y sin posibilidad en la práctica de ser despedidos por ningún motivo. Por favor, para rebatirme o completar este informe, ruego encarecidamente que me enviéis historias de funcionarios despedidos. El sistema de funcionariado en España está sujeto a incentivos (ya sea en tiempo o en dinero) pero no a penalizaciones, por lo cual un funcionario, haga lo que haga, bien o mal, sólo puede mejorar. De hecho, un ingeniero brasileño recién aterrizado en España nos declaró abiertamente esta visión suya de la sociedad española, durante un curso: “en España existen claramente dos clases sociales: una, los funcionarios, que no tienen que preocuparse por sus ingresos, y otra, todos los demás, luchando su vida como pueden”. En definitiva: desde un punto de vista teórico, a priori y objetivo, los funcionarios deberían ser todos felices. En lenguaje coloquial, es el “¿de qué se quejan?” que proclaman muchos no funcionarios cabreados. La única desventaja que tenían es un sueldo más bajo que en la empresa privada, pero esa desventaja ha quedado anulada en los últimos años debido a la escandalosa reducción en el salario medio español, así que las ventajas objetivas de ser funcionario brillan como nunca a día de hoy. El sistema de interinidades es absurdo y trastornaría hasta el más pintado, pero, insisto, mi análisis es relativo a los funcionarios ya consolidados frente al resto de trabajadores, así que en “resto de trabajadores” incluyo a los interinos con todo derecho.Pero todo esto lo sabemos de sobra. Escribo esto porque no son las condiciones objetivas sino las subjetivas las que me interesan; no las hipótesis sino el estado real actual de las personas. Así que, recuperando el título, aceptando que deberían ser felices, ¿son felices EN LA PRÁCTICA los funcionarios? Yo me fijo mucho en su actitud y en su cara, en sus reacciones, en cómo piden las cosas y cómo las dan, cuando me atienden. Cómo están colocadas sus mesas o sus cubículos, cómo se miran entre ellos, y la verdad es que muy pocas veces me encuentro ánimos serenos y agradables, que te transmitan paz y confianza. En general los que atienden al público están crispados (y en parte lo entiendo, atender al público es duro y además el público solemos estar predispuestos contra ellos), se tiran pullas de unos a otros y tienen reacciones un tanto desquiciadas: elevar la voz sin necesidad, mostrar un comportamiento compulsivo y desproporcionadamente agitado o desproporcionadamente lacio, y además bastante similar entre distintas instituciones. Lo mismo en Correos que en el INSS, que en el ayuntamiento o en la Comunidad Autónoma. Por cierto que no toco la Universidad pública en este análisis porque (salvo rarísimas excepciones) es una institución perfectamente separada de la sociedad que sólo interacciona con ella de forma muy débil, así que no para mí constituyen un funcionariado aparte fuera del alcance de este análisis.En resumen: desde un punto de vista empírico, a posteriori, subjetivo, los funcionarios no parecen felices. Diantre, ¿cómo explicarse esta contradicción? Tras arduas reflexiones, he llegado a esta conclusión. Al final, lo más parecido que yo encuentro a las grandes oficinas de funcionarios (ojo, hay grandes empresas que siguen el mismo esquema) es una granja de pollos: tienen toda la comida que quieren, pero sin embargo viven agobiados porque no encuentran espacio para revolverse. Demasiada seguridad y demasiada restricción al movimiento. Algunas pruebas de ello: todos los funcionarios que acaban de entrar se desviven por pedir un traslado; incluso antes de entrar, ya planifican su plaza para poder pedir un traslado lo antes posible. ¿Ya nada más entrar y se quieren ir? Señal de que este tema es importante para la felicidad. Por supuesto no es tan fácil, pero en la empresa privada uno puede pedir un trabajo en otra parte y depende en gran medida de su habilidad que se lo den, pero para un funcionario no es tan directo, depende de complicadas reglas impersonales. Y esperar con paciencia. Por otra parte, estar siempre rodeado de la misma gente y no poder hacer nada porque nada cambie tiene que quemar necesariamente, y ese queme no lo compensa las vacaciones, porque a la vuelta de vacaciones sabes que tendrás más de lo mismo.Eso sí, no conozco ningún caso de un funcionario que haya renunciado a su status y haya vuelto a salir a la búsqueda de trabajo libre, así que, infelices y todo, digamos que viven en una especie de parálisis opuesta al sabor embriagador de la vida de verdad. Mi recomendación a las más altas instancias del Estado es simple: quizá seríamos más felices todos si los funcionarios tuvieran un poco menos de seguridad y un poco más de incertidumbre, y si el resto tuviéramos un poco más de seguridad y un pelín menos de incertidumbre.Con mis mejores deseos a todos mis amigos funcionarios y lo que no lo son

No ofender gratuitamente

Hace tiempo, en una revista universitaria a la que pertenecíamos varios escritores, nos planteamos la cuestión "¿podemos despotricar en la revista contra quien queramos?" lógicamente, esto incluia a gente dentro de la universidad que pagaba la subvención de la que vivía la revista. El acuerdo al que llegamos fue: "sí, siempre que lo hagamos con estilo", es decir, con ironía, con sarcasmo o con ataques frontales, pero siempre estando respaldados por evidencias objetivas. Estos días, con toda la polémica que se está generando alrededor de los lamentables casos de autocensura, sigo creyendo que éste es el criterio correcto, por dos motivos.
El primero es que tenemos que respaldar con energía el derecho a ofender, no por ofender simplemente, sino porque este derecho es inseparable del derecho a la libertad de expresión. De hecho, las declaraciones que no tienen capacidad de ofender a nadie suelen tener muy poco valor. ¿Y por qué esta libertad de expresión es un derecho tan importante? ¡Pues, entre otros casos, porque es la que garantiza el derecho a protestar que tiene el ofendido! El cuadro se completa con los tribunales (y esto lo ha dicho un pensador musulmás español bastante relevante): uno no puede decidir unilateralmente ni la gravedad de la ofensa ni el castigo a aplicar, cuando hay que aplicar alguno, al ofensor. Dudar de esto es dejar el camino expedito a situaciones estilo Israel/Hezbola. Osea, muerte y destrucción indiscriminadas. Debemos ser muy claros en esto: nosotros, los demócratas, superamos moralmente a los fanáticos religiosos, sean del signo que sean. La ley del talión no es admisible, y punto. No se pueden tolerar los ataques de extremistas islámicos tras las viñetas de Mahoma ni los recientes actos de intimidación y agresiones hacia cargos del PP en Cataluña, por mucho que dichos extremistas o los radicales de izquierda se hayan sentido ofendidos por declaraciones públicas de los respectivos humoristas o cargos del PP. ¿Tiene derecho a decir lo que dicen Jiménez Losantos o Carlos Carnicero? Sí, lo tienen, y yo lucharé siempre porque ellos tengan derecho a hacerlo. Incluso Aznar tiene derecho a decir cosas ridículas a los alumnos de Georgetown: que les aproveche, pero desde luego yo también tengo el derecho de tirarle de las orejas y recordarle: "Sr. Aznar, en tiempos del predominio árabe no existía España, a lo sumo existía la Península Ibérica, y además el reino árabe se independizó en forma de Califato de Córdoba: no eran los cristianos, sino los musulmanes, los que puede decirse que constituían España".
El segundo es más sutil y puede sorprender a más de uno: hay algo a lo que no tenemos derecho, y es a ofender gratuitamente. Me explicaré: también hace tiempo, un jefe que tuve me dijo: "¿Tienes derecho a meterte en un asilo de ancianas y presentarte desnudo en el salón principal, delante de todas?" En fin, no es delito y no atento contra los derechos de nadie al hacerlo, pero, honestamente, ¿tengo derecho a violentar su sensibilidad sin motivo? ¿qué propósito tendría hacer algo así? ¿qué utilidad? en el mejor de los casos, no serviría para nada y además cogería un constipado, dependiendo del clima. En el peor, simplemente habría causado malestar, disgusto y desconfianza. Por tanto concluí que no, que en el fondo, honestamente, no tengo derecho a hacerlo, aunque la ley no me castigara por ello. Algo así sucede con las lamentables retiradas del Idomeneo en Berlín o la obra de Rubianes del Español. Por una parte, ¿tenía derecho el director de la ópera a modificar una obra de Mozart innecesariamente con una escena de nueva creación y claramente ofensiva contra la sensibilidad de la gente religiosa en general? Yo creo que no, no la tenía, y las amenazas, aunque no deben tolerarse, podrían haberse evitado de raíz si se hubiera dejado el Idemeneo original en paz, que por otra parte es a lo que aspiran casi siempre los autores, a que se respeten sus obras tal como fueron concebidas (recuerdo: una parte indispensable de la libertad de expresión es que se repete la integridad de tus declaraciones). ¿Tenía derecho Rubianes a despotricar sin ningún sentido ni propósito más allá del de ser aplaudido por una audiencia fanática nacionalista? No, no lo creo: la retirada de su obra sin duda debería haber sido protestada más enérgicamente de lo que fue, pero también es verdad que dicha retirada podría haberse evitado de raíz si se hubiera dejado el Sr. Rubianes de declaraciones absurdas e innecesariamente ofensivas. En suma, como decíamos en la citada revista: cuando alguien decía de un texto "Esto es una gilipollez", no lo admitíamos: rechazábamos el comentario diciendo "vaya, hombre, esa sí que es una crítica constructiva y llena de matices". Yo soy una de las pocas personas que conozco que no vio con buenos ojos el vídeo "amo a Laura"; si queremos decir algo contra los ultraortodoxos católicos, desde luego no se consigue nada ridiculizándoles gratuitamente.

Nociones de ética práctica. Tó er mundo é bueno.

En eso de construir una ética laica todavía andamos a vueltas de las piedras fundacionales, esas bases evidentes y firmes sobre las que construir... en lo que a mí respecta, yo propondría estas dos:
1ª Todos nos consideramos a nosotros mismos buenas personas
2ª Siempre tenemos muy claro lo que deberían hacer los demás
Puede chocar un poco, pero el axioma 1º no admite refutación. De hecho, yo todavía no conozco ni un solo caso, ni personalmente ni por referencias, de nadie que haya dicho nunca "mire, es que yo he hecho esto porque soy mala persona". Además, en los momentos en que una persona se autoacusa de ser "malo", de haber "obrado mal", sin duda son situaciones extraordinarias causadas por algún estímulo agudo, no habitual, y se nos pasa muy pronto: ése es el caso de las confesiones católicas. Si no se nos pasa se habla claramente de problema mental: neurosis obsesiva. Así que se puede afirmar definitivamente que la situación mental habitual en que soportamos el 99.9 % de nuestra vida es la de pensar que somos buenas personas.Mantener esto como premisa para entender el criterio de actuación de la gente ayuda a explicar muchas cosas, empezando por aquellos malos actos que reconocemos. Cuando obramos mal, siempre encontramos rápidamente una justificación. Las más habituales son: "hice mal porque me obligaron las circunstancias", lo cual es un buen eximente, no lo voy a negar, el problema es que las circunstancias son como las bandadas de pájaros, que por muy densas que sean siempre dejan ver un resquicio de cielo: casi nunca existen circunstancias tan tupidas que no nos dejen alguna salida para aminorar el daño. Otra es "hice mal porque a mí me lo hicieron", un eximente que no tiene ningún sentido cuando lo pensamos bien, porque la mayoría de las veces agredimos a quienes podemos, no a quienes debemos: ¿qué culpa tiene nuestro hijo de que a nosotros nos pegaran? Por supuesto, como caso particular del anterior, podríamos admitir el eximente "le hice mal en venganza", pero desde hace mucho tiempo sabemos que la venganza no hace sino satisfacer nuestros bajos instintos y aunque es admisible no es lo más recomendable precisamente. Y eso que casi nunca es proporcionada, claro. Por fin, el eximente que más me impresiona de todos es "hice mal porque cualquier otro habría hecho lo mismo en mi lugar": lo cual supone que echamos automáticamente, previamente y sin ninguna causa la culpa a todo el resto de la humanidad de algo que el resto de la humanidad no nos obliga a hacer y que incluso ignora.Bien, pero mi propósito no es deslegitimar todos estos eximentes, sino explicar que los usamos para sostener el primer principio. Y funciona. Llevado al extremo, un corolario de este primer principio es "dado que yo soy bueno, TODO lo que hago es bueno. dado que tú eres malo, TODO lo que haces es malo (aunque hayas hecho exactamente lo mismo que yo). POR TANTO, TENGO DERECHO A CASTIGARTE CUANDO ME DE LA GANA". Resultado: Irak, Líbano... no, no es una tontería esto de lo que estamos hablando.En cuanto al 2º principio, hablaremos en otra ocasión.Saludos a todos, y feliz lectura.

Encontrando trabajo

Por momentos parece que todo se arreglara y después de una época preocupante en que comienza la cuenta atrás para tus recursos, mágica, feliz, finalmente la carestía va llegando a su término.Recibo una llamada desde Irlanda: un amigo encuentra trabajo en Dublín, como él quería, porque sabía muy bien que volver a España (como sabemos todos) representaba un retroceso, un plegar velas. Por cierto, no se casa. También se mantienen o crecen los amigos que siguen en California, en Londres, en Trieste.Otro amigo termina la carrera en una de tantas escuelas de ingeniería nefastas, tras el doble de tiempo que teóricamente se necesitaría (es la única persona que he conocido capaz de sacar un 11 sobre 10 en un examen, en bachillerato, pero claro, la universidad española es así).Otro amigo más avisa de que se ha venido a Madrid con mejores condiciones, señal de que va progresando y su esfuerzo da fruto.

Carta abierta a Doña Letizia Ortiz Rocasolano(en el Día Internacional de la Mujer)

Estimada Letizia:
Muchas veces se ha dicho que los reyes y sus familiares actúan como meros elementos simbólicos, neutrales, buenos embajadores de la nación, etc., etc., etc. pero nada más. Sin embargo, nos hemos encontrado recientemente con que no es así: al día siguiente de decidir usted y su marido dejar en depósito un poco de cordón umbilical de su hija en un banco privado, sí, al día siguiente o así, nos enterábamos todos los españoles de que empezaba a estar permitido también en España. ¡Diantre! ¡basta con que uds. dos decidan hacer algo para que ese algo pase a estar automáticamente legalizado! ¡la que se montaría si les pillaran fumando marihuana! ¡y nosotros que creíamos que cualquier iniciativa legislativa constaba de un largo, laborioso e incierto proceso a través de elecciones, defensa en el parlamento, y todos esos enmarañados mecanismos democráticos cuya excelencia nos cantaron en el colegio pero que tan pocas veces funcionan!.En fin, manos a la obra. Abierta esta nueva vía de intervención legislativa, acudo a ud. directamente no para que apoye públicamente una determinada actitud, cosa que probablemente no haría, sino simplemente ¡para que la practique! Aquí tiene unas cuantas sugerencias. También se lo pido a ud. porque sabe ya por experiencia lo que es tener un empleo estándar y además no ha sido educada en academias militares, así que puede que sea más sensible que su marido o su suegro:
- Pida una reducción de jornada. Demuestre que su desempeño laboral seguirá siendo satisfactorio y que España no se derrumbará económica ni moralmente porque ud. trabaje 5-6 h diarias durante los próximos diez o veinte años.
- Como paliativo de no haber conseguido lo anterior, pida un cambio de horarios para poder llevar a Leonor a la guardería. Ahora mismo, eso no lo consigue ni Dios. Por cierto, hay poquísimas guarderías, así que a lo mejor incluso se promueven nuevas.
- Dígale a su marido que solicite disfrutar de un permiso de paternidad de varios meses para que también él se ocupe de Leonor, en paridad con ud. Si se sienten inseguros sobre esta decisión, llamen a Tony Blair. No tengo el número, pero quizá con la dirección lo consigan con ayuda de las Yellow Pages de Londres: Downing Street, 10.
- Dígale a su marido que deje su trabajo y siga trabajando ud. Probablemente puedan mantenerse con un solo sueldo, puesto que ya tienen la casa pagada. En fin, al fin y al cabo la correcta emancipación de la mujer proviene del hecho de que su lugar en la casa no la ocupa otra mujer cuando la propietaria trabaja.
- Pida un año sabático. No sé por qué sólo lo podrían pedir determinados funcionarios mayores: tómese libremente el tiempo para poder disfrutar de la primera etapa de su hija.
- Decida el sexo de su próximo retoño (si es que quieren tener más) y que sea mujer. Así forzará no ya que se termine con la discriminación en la sucesión, sino que, simplemente, forzará asimismo que se legalice en España la elección libre del sexo de los hijos. Una pista: pregunte en el banco estadounidense donde dejó el trocito de cordón umbilical, seguro que allí se lo hacen o le redirigen rápidamente hacia una clínica también estadounidense donde le harán el servicio por una módica cantidad.
- Váyase con Leonor a todas partes, incluido el cine. Así forzará a que haya espacios habilitados para niños en todos los edificios de acceso público, como ya pasa en los países nórdicos.
- Deje su trabajo actual y coja otro avisando de que ya está embarazada. No se atreverán a despedirla una vez que nazca el bebé, es demasiado famosa y querida por todos sus conciudadanos. Quizá las empresas se empezarán a dar cuenta de que incluidos los permisos por maternidad, resulta rentable contratar a mujeres (tienen menos bajas laborales, está estadísticamente más que demostrado).
En fin, son sólo unas cuantas ideas, seguro que a muchas lectoras de este blog se le ocurren más. Desde luego, cada una de las cosas que le menciono son casos reales de conocidas mías: no tengo mucha imaginación, pero no hace falta. Con la realidad cotidiana basta.
Deseando que conserve siempre sus privilegios, por tanto, le saluda atentamente
J.I.Gómez Cívicos

Feedback

Mi amigo Alberto Guerras, ingeniero de Control de Procesos (Alberto, corrígeme si me equivoco) en Dow Chemical, me pregunta sobre alguna traducción de "feedback" para intentar frenar el abuso de terminología en inglés en su área de trabajo. El Manual del Ingeniero Químico de Perry, utiliza las siguientes traducciones (cap. 22): "Feedback control: Control automático de retroalimentación; Feedforward control: Control de alimentación directa".Esta cuestión me ayuda a traer aquí mis reflexiones sobre las cuestiones de "pureza" idiomática y "defensa" del propio idioma contra instrusiones de otros.Yo, particularmente, ya hace mucho tiempo que dejé de preocuparme por la ortodoxia lingüística, y en mi entorno laboral uso espanglish sin complejos en la medida que me ayuda a hacerme entender. Como le dije a mi actual jefe durante la entrevista de trabajo: "perdone que use el espanglish, pero cuando hablo en un inglés ortodoxo casi ningún español me entiende, y cuando hablo en español ortodoxo, casi ningún español me entiende".Eso sí, cuando la cosa se pone dura y hay que decantarse por uno de los dos idiomas, me decanto por el inglés. Comprendo que el exceso de términos ingleses termina por exasperar, pero no tenemos más remedio que reconocer que en el campo tecnológico el español es claramente deficiente con respecto a otros idiomas:- Posee un claro defecto de vocabulario, debido al retraso tecnológico del mundo hispano con respecto a otros. Es decir, por ejemplo, una vez que una palabra adquiere su significado dentro de una patente, lo pertinente y universal pasa a ser su definición recogida en dicha patente, en el idioma que fue escrita, que siempre es inglés. Esto vale para casi cualquier invención o descubrimiento. Ejemplos: "Silicalite", "zeolite" en español no tenemos más remedio que denominarlas "silicalita" y "zeolita" por motivos obvios. Similares casos en otros idiomas los tenemos para el Curio, por ejemplo.- Es más vago. El inglés suele ser más preciso dado que es mucho más permisivo con los neologismos y/o acrónimos, de forma que asigna palabras nuevas con significado específico. Por ejemplo, palabras como "slurry" no tienen ninguna traducción satisfactoria por el momento; "negligible" es mucho más preciso que su traducción corriente, "despreciable", porque no tiene connotaciones negativas.- Es mucho más farragoso. La traducción muchas veces obliga a larguísimas perífrasis comparado con el corto término inglés: "one-day seminar" es más corto que "seminario de un día de duración" (2 palabras frente a 6).Me gustaría que los amigos que viven en países anglosajones (estoy pensando en Ángel, Pablo, Javi) complementasen esta opinión.¡En fin! Yo, que quiero tanto nuestro idioma, mantengo no obstante que la mejor lengua es aquella en la que conseguimos entendernos. God save la poesía et mes amis.

Brokeback Mountain

Obras como Brokeback Mountain son necesarias, son frescas y recomendables, habida cuenta de que la homosexualidad no está ni aceptada ni comprendida (y no sé hasta qué punto una cosa depende de la otra, a mí me aceptan incluso cosas que no me entienden, así que no sé por qué tendríamos que entenderlo todo antes de respetarlo). En ese sentido, yo apoyo esa película de forma "reivindicativa" no en cuanto a su calidad artística sino en cuanto a su impacto social. Si no es audiovisual no es esperable que un mensaje llegue al gran público, al fin y al cabo.
Sin embargo, para mí esta película, con perdón de otras mucho peores, es un buen ejemplo de lo que yo considero una mala obra de arte. Y lo es porque cae y se recrea en dos errores bastante graves que afean una cosa que trate de ser obra de arte. Por tanto, entiendo que "Crash" le arrebatara todos los Oscars (lo siento, Pablo, yo también coincido con la Academia en este caso).
El primero es presumir que "bueno, por si acaso la historia no engancha, conformémonos con recordar los paisajes". Desde luego los planos amplios de la montaña y los borregos son espectaculares, pero tras una hora y media uno lo entiende como un abuso arbitrario o una cortina de humo. Trata de ser "National Geographic" sin que se note y acudiendo siempre al mismo esquema expositivo (gran plano con picos o lagos lejanos y rebaños en movimiento, con un personaje humano en alguna esquina), por lo que acaba siendo más bien un "Hallmark Entertainment". La Naturaleza es a la vez tierna y brutal, y la película ni pretende ni consigue comunicar ninguno de los dos aspectos. Ang Lee no sabe muy bien lo que es tratar con ganado, supongo. Estéticamente la película logra ser simplemente "bonita" por momentos, pero tanta tarta de manzana cansa hasta al mayor amante de la tarta de manzana.
Pero el segundo es el auténticamente grave: es demasiado real, más bien es una superposición de realidad sobre el celuloide, y no tiene mucho sentido reflejar EXACTAMENTE la realidad de la vida en una película: o aburres o decepcionas, y habitualmente ambas cosas. "Para esto no vengo al cine, ya lo tengo en casa", sería la expresión doméstica. ¡Pues claro que la relación de amor de los protagonistas es trágica! ¿cómo no podría serlo? pero es que la película ofrece exactamente lo que la vida ofrece: escaso diálogo, silencios infinitos, miradas torvas y desprecios callados. En la vida real, lo que tiene verdadera relevancia nunca se dice. Por eso la literatura se construye precisamente con eso, con lo que la gente calla. Presenciar los labios apretados de los personajes es como ver a tu jefe cuando no quiere responder a tus peticiones o a tu hijo adolescente cuando se niega a hablarte. Osea: una exasperación de la que uno querría salir por ejemplo mediante la apreciación de una obra artística. La película de Ang Lee no nos dice nada que no conozcamos, no nos revela un ingrediente desconocido de algo que creíamos conocer, no plantea un viejo tema en un nuevo contexto, no nos expone la visión del artista sobre el tema. No es extraño, por tanto, que las películas de Tracy y Hepburn sigan teniendo tanto gancho: no sólo porque sean buenas, sino porque los que las hicieron saben en qué consiste la cosa, que es hacer decir lo que en general sólo pensamos. Sé que existe un criterio frontalmente opuesto a éste: que lo que tiene auténtico mérito es ser capaz de reflejar la realidad tal cual es (caso de la admiración de Vladimir Nabokov por Chéjov), pero lo que yo mantengo es que ese empeño lo único que conlleva es un gran esfuerzo por parte del artista (observación, corrección...) pero la calidad de una obra de arte no reside en el esfuerzo empleado para crearla. Si nos atuviéramos a ese criterio, las pirámides serían la única obra de arte verdaderamente digna, y no es así.
O al menos, eso creo yo. ¡Espero opiniones! En fin, seguiremos escribiendo.

martes, 1 de mayo de 2007

Poema I (postdata a "Más")

A nuestra mirada
para encontrarse vacía
sólo le hace falta
la suficiente alegría
desperdiciada.
Es necesario haber tumbado de un mazazo a un enemigo
y sentirse exhausto
y querido.
Dadme la voz de los que nos han perdido.
Ahora que recobro las palabras
quizá deba aceptar de nuevo mi necesidad de usarlas.
Aunque yo mismo me sorprenda,
sí,
soy un ingeniero químico.

Química Verde-Industria Farmacéutica

Un amable comentario a mi primer "post" en este blog, llamó la atención sobre el error de Paul Anastas al considerar la industria farmacéutica como líder de la Química Verde. Efectivamente, la industria farmacéutica en particular y la de síntesis de compuestos orgánicos en general, tienen unos ratios residuo/producto terminado (en kg/kg) bastante superiores a la unidad: por cada pastilla que llega a nuestras manos, a veces ha habido que tirar a algún sitio el equivalente a 4 ó 5 - o incluso 10 en los peores casos. Por tanto, es precisamente esta industria donde cabe hacer todavía los mayores progresos para hacerla más "verde". Uno de los focos principales de este lamentable índice de "Verdeza" es el uso masivo de disolventes orgánicos para poder realizar el producto. Aunque se usan en circuito cerrado, debido al volumen que circula expuesto a la atmósfera y a las fugas, su gran poder de evaporación hace inevitables importantes pérdidas a la atmósfera (de hecho una fuente pública que trabaja recirculando necesita de todas formas un aporte constante de agua nueva). Por eso hay tanto esfuerzo investigador en conseguir que los mismos procesos industriales y los mismos productos puedan conseguirse sustituyendo los disolventes orgánicos por agua (puesto que el agua es barata y el vapor de agua no es tóxico) o por líquidos que no se evaporen apenas a las temperaturas de trabajo (tales como los líquidos iónicos).También esta reflexión sirve para aclarar otro equívoco respecto al poder contaminante de la industria. Ya no estamos a finales del siglo XIX, cuando la tecnología a gran escala y por tanto el potencial emisor lo tenía casi exclusivamente a la industria. Ahora mismo, el ratio de emisiones ciudadanía/industria ha alcanzado la unidad y sigue creciendo. Nos enfrentamos a la siguiente paradoja perversa: cuando los fabricantes de automóviles dicen que sus vehículos consumen la mitad de gasolina y emiten la mitad de NOx que hace treinta años, tienen razón, pero es que en treinta años, ¡se han puesto en circulación mucho más del doble de vehículos! Es decir, la demanda ha echado por tierra sistemáticamente las mejoras logradas en la oferta. Y en cuanto a la industria química en general (el patito feo desde el punto de vista más atávico de la población) yo he podido leer los informes medioambientales de la industria petroquímica (Cepsa), y, sinceramente, no creo que mientan: la industria no necesita ser hipócrita en este sentido, cuando dicen que tienen menos emisiones muy probablemente sea verdad (si no, simplemente callan), aunque sólo sea porque eso significa que están aprovechando mejor las materias primas y por tanto están ganando más dinero (el precio de kg de producto terminado es siempre mucho mayor que el kg de materia prima de partida). Más en general, la industria europea se esfuerza en aportar lo datos necesarios para mostrar cómo el ratio residuo/producto (en kg/kg) no hace más que descender en las industrias de producción. La pelota está en nuestro tejado, cada vez que usamos el móvil, encendemos la calefacción, cocinamos en la vitrocerámica y cogemos el coche. ¡¡Pero no por culpa nuestra enteramente!! En general, nadie nos informa nunca de los peligros del litio de las baterías del móvil (a ver si nos vamos a creer ahora que las pilas son malas pero las baterías de litio son buenas), no somos responsables de que nuestra casa (que tan carísima ha costado) está miserablemente aislada desde el punto de vista térmico, no tenemos idea de que por cada kW en la vitro ha habido que tirar otros 3 en alguna parte (cosas del 2º principio de la termodinámica), y no tenemos más "·$%"·$"**"·$% que coger el coche porque no hay alternativa de transporte para ir al trabajo. ¿Qué hacer? Bueno, de momento, poner estos conocimientos en circulación. Ya sabéis, el mito según el cual la investigación independiente sobre el bien y el mal está prohibida, es meramente un mito católico, y no deberíamos hacerle mucho caso. Para quien esté interesado, le enviaré las estadísticas.

El Proyecto Gran Simio en España

Hola a todos:
Estoy recibiendo noticia últimamente de la propuesta en el parlamento para que el Gobierno Español se adhiera al Proyecto Gran Simio, y me resulta extraño que se haya hecho notar y que esté causando polémica... lo cual demuestra que la antigua controversia darwinista entre el mono y el hombre no está ni mucho menos muerta. Félix, tranquilo, tengo mi comentario sobre los coches híbridos ya casi listo, pero hoy me ha dado la pasión por escribir de este tema. De momento, como viene siendo tristemente frecuente, no aparece por ningún sitio el contenido del Proyecto, sino sólamente las reacciones que suscita. En fin; vaya por delante que yo mismo me encargué de preparar un documento base de trabajo sobre derechos de los animales para Los Verdes de Madrid hace ya tiempo, y que me leí con atención "Liberación animal" de Peter Singer (tras su lectura he reducido drásticamente mi consumo de carne, y le recomiendo a todo el mundo que se lo lea), así que no me pilla de forma marginal el tema precisamente.1.- Qué cara, qué gesto... qué carajo es esto...El Proyecto Gran Simio puede encontrarse en http://www.greatapeproject.org/declaration.html (una web en español, más abajo). Cuando se lee (la declaración ocupa menos de un DIN A-4), se entiende que es una iniciativa para dotar a los grandes simios de derechos. ¿Cómo lo entiendo yo? Como una fórmula novedosa para tratar de resolver con más eficacia un problema antiguo, a saber, la de la protección de los animales en general, empezando por los que más evidentemente se nos parecen (estoy seguro de que es mucho más difícil proteger a las babosas de tierra húmeda que a los chimpancés, por ahora). La declaración parece muy simple y muy humilde, ¿no?: "1.- Derecho a la vida" ¿Por qué deberíamos matarlos, vamos a ver? ¡si ni siquiera nos los comemos! No deberíamos matar animales arbitrariamente. "2.- Derecho a la libertad individual": ¿por qué deberíamos encerrarlos y prohibirles cosas en su hábitat! ¡si nosotros no necesitamos vivir allí! "3.- Prohibición de tortura": ¿por qué deberíamos maltratar a los animales arbitrariamente? FIN. Ya está. Podemos explicarlo y justificarlo más extensamente, pero, en resumidas cuentas, eso es todo. Sin necesidad de haberle puesto un nombre al asunto, prácticamente podríamos estar de acuerdo todos los seres humanos de buena voluntad en estas cosas ¿Dónde está el jaleo entonces?Después de haber leído los recelos de Ángel Pestaña (Inst. de Invest. Biomédicas, CSIC) en El País de ayer, y de Alejandro Navas (Prof. de Comunicación de la Univ. de Navarra), creo que al menos hay dos trampas lógicas en las cuales no deberíamos caer:
1) Estamos hablando de elevar el nivel de derechos de los animales, no de reducir el de los seres humanos. Es un argumento perverso el tratar de meter "liberación animal" y "odio al hombre" en el mismo saco como trata de hacer el sr. Navas en su artículo. De hecho esta confrontación es absolutamente artificial: se puede comprobar que un escaso respeto por las personas se suele corresponder con un escaso respeto por los animales, y viceversa. Cuando se usa este argumento, en realidad se está reivindicando este especismo esencialista, absoluto, intemporal, dictado por un tal Jehová: "evidentemente, el hombre es superior y propietario con derechos absolutos sobre los animales y plantas". Al sr. Navas en particular y al público en general yo les recordaría esta incómoda verdad: ese aserto ha venido siendo, históricamente, bastante relativo: Aristóteles ya sentó que "evidentemente, el hombre es superior y propietario con derechos absolutos sobre la mujer" (por cierto, el mismo Jehová venía a decir también esto, cuando se lee atentamente el mandamiento aquel de "No robarás"), y más de uno sentó no hace tanto tiempo que "evidentemente, el hombre blanco es superior y propietario con derechos absolutos sobre los negros africanos". Ya sé que causará sorpresa, pero igual que hay razones poderosas HOY para defender que el hombre negro y la mujer merecen los mismos derechos que el hombre blanco y el hombre en general (respectivamente), empieza a haberlas para defender que los grandes simios merecen... Así, que esperemos un poco a escandalizarnos, a lo mejor no hay que levantar tanta polvareda. Total, a los grandes monos a lo mejor los acabamos exterminando todos, lamentablemente, porque no nos son útiles, como lo fueron y lo siguen siendo las mujeres y los hombres negros.
2) Puede pensarse, tal como argumenta el sr. Pestaña, que en realidad este proyecto es un intento rocambolesco e innecesario, puesto que ya hay otros enfoques dedicados a la protección de los animales, y en eso tiene parte de razón indudablemente. Efectivamente estas herramientas existen dentro de varias legislaciones, desde las que regulan el funcionamiento de reservas naturales (desde Colobia a los Grandes Lagos) como para los animales de granja en el Reino Unido o la reciente consideración específica en el Proyecto de Constitución europea. La pregunta que yo, ingenuamente me hago (y, por favor, en este momento pido la ayuda de algún especialista en Derecho) es si el nivel de protección necesario se puede alcanzar sin que se utilice una Declaración de Derechos, en las sociedades occidentales. Es decir, ¿por que se hizo imprescindible dotarnos de una Declaración Universal de los Derechos Humanos, a pesar de todas las medidas legislativas que ya estaban estipuladas al respecto desde la Revolución francesa hasta ese momento? Pienso que es porque sintagmas como "declaración de derechos", "inalienables", "nacen libres e iguales", etc, por algún motivo inexcrutable, SUENAN MÁS RESPETABLES que el "no matarás", por ejemplo, que reivindicaba (así de simple) Hermann Hesse en tiempo de la II Guerra Mundial. Es decir, hablando seriamente, ¿realmente pensamos que las medidas legales actualmente existentes conseguirán, sin ningún refuerzo de este tipo, ser aplicadas? Con los seres humanos no sucedió, así que, ¿deberíamos pensar que se conseguirá en el caso de los animales, que además no pueden reivindicarlos en nuestro idioma? Que conste que este segundo punto no es una pregunta retórica, ni capciosa, es una pregunta a secas: por favor, que alguien me la conteste en el universo Blog. Y que conste que yo no soy esencialista, y me siento más cercano a los utilitaristas: creo más cuerdo definir a alguien por lo que hace, más que por lo que alguien dice que es.Nada más. Acompaño el texto del que hablaba al principio, que es más solemne.
Un saludo,Nacho Cívicos
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Los Verdes de Madrid
C/ Trafalgar 32 1º A28010-Madrid
ÁREA DE TRABAJO: DERECHOS DE LOS ANIMALES
1. Antecedentes:
El trabajo en esta área es inherente a los Verdes de Madrid ya desde sus estatutos (Art. 6.5), en los cuales fijan como reivindicación el abandono del antropocentrismo dominante en la cultura occidental actual. La presente propuesta de trabajo está iniciada en el Documento Político del XI Congreso (Madrid, 23/10/2004) en el que, junto a la reivindicación antitaurina, el abajo firmante propuso la inclusión de algunas otras reivindicaciones alineadas con el Movimiento de Liberación Animal, básicamente fundado por el filósofo Peter Singer en 1975[i]
2. Derechos de los animales: teoría y práctica.
Fundamentalmente existen dos tipos de argumentos que sostienen la reivindicación de derechos para los animales:a) A nivel ético y jurídico (ámbito del “derecho natural”):- En línea con el abandono del antropocentrismo, los animales tendrían ciertos derechos “naturales” e inalienables, en contra de la herencia cultural judeo-cristiana establecida en el Génesis. ¿Qué derecho tenemos nosotros a considerarnos superiores al resto de los animales y a usarlos como nos parezca, con total impunidad? Éste es el principio básico en que se apoya el movimiento en contra de la experimentación con animales: si pudiéramos garantizar que mediante la tortura de un animal vamos a erradicar una enfermedad, dicha tortura estaría justificada, pero este supuesto es inverosímil. Apoyan el cambio de paradigma, también, investigaciones sobre el mundo animal que demuestran la gran proximidad biológica y social del ser humano con otros animales (p. ej., el Proyecto Gran Simio: http://www.proyectogransimio.org/).- En línea con el reconocimiento de los animales como seres sensibles, capaces de sufrimiento, los animales se diferenciarían claramente de vegetales, minerales, etc. y serían depositarios de similares derechos que los seres humanos en cuanto a protección contra abusos. Este enfoque resulta “natural” cuando tratamos bien a nuestras mascotas, pero asumido radicalmente plantea una serie de paradojas: sería ético comer jamón de Guijuelo, que han disfrutado de buen nivel de vida antes de morir, pero no lo sería comer jamón más barato, probablemente procedente de granjas intensivas; por el mismo motivo sería más ético, en la situación actual, consumir pescado que carne. Éste es el principal argumento en contra del sufrimiento y muerte gratuita de animales para peletería, cosmética u ocio (fiestas taurinas, caza del zorro, etc.)Un análisis actualizado de esta postura puede encontrarse en la revista decana del periodismo ecologista, The Ecologist, en un número monográfico reciente[ii].b) A nivel ecológicoSin necesidad de declararnos en contra del antropocentrismo e incluso por encima del respeto al sufrimiento animal, existen actualmente razones suficientes para abandonar el actual modelo de comportamiento con los animales:- En línea con la defensa de la biodiversidad, el principio de precaución aconseja no alterar arbitrariamente la variedad y distribución genética del planeta. Éste es el argumento principal en contra tanto del exterminio sistemáticos de animales (vulneración de su hábitat natural, tráfico de animales exóticos, agotamiento de caladeros) como de la “contaminación genética” por introducción de especies nuevas en hábitats donde antes no los había (el conejo en Australia, el cangrejo americano en nuestros ríos, etc.)- En línea con la defensa de la sostenibilidad, existen evidencias suficientes de que comer carne no es sostenible. Sin necesidad de ser pro-vegetarianos, tenemos una dieta basada en el consumo carne en un exceso que perjudica a la vez a nuestra salud (es siempre mejor comer más fruta y verduras), a la atmósfera (por el elevado consumo de energía y emisión de CO2 que requiere la producción de carne) a la cubierta vegetal (puesto que enormes extensiones de vegetación autóctona han de convertirse en pastos para el engorde del ganado) y, finalmente, a la vida de millones de animales, engordados en pésimas condiciones en granjas intensivas.Un análisis actualizado de esta postura puede encontrarse en la revista WorldWatch, como artículo en portada de un número reciente[iii].Aunque a nivel teórico ambas líneas tienen un origen y fundamento distinto, en la práctica es fácil ver que confluyen, concluyendo en el aserto esencial de que lo que es bueno para los otros animales es también bueno para el hombre, y viceversa, y de que comportarnos bien con los animales ayuda a que también nos comportemos bien entre nosotros. Así, es falaz el planteamiento “ocupémonos primero de los humanos”, y la reivindicación de los derechos de los animales ha de enmarcarse al mismo nivel que la defensa de los derechos humanos y la defensa del medioambiente, bajo un espíritu integrador.
3. Derechos de los animales: situación actual en la UE y en España
El “Tratado por el que se establece una Constitución para Europa” incluye la cuestión animal en los artículos III-121 y III-154 (http://www.blogger.com/www.constitucioneuropea.es). Es la primera Constitución en que aparece esplícitamente las “exigencias del bienestar de los animales”, lo cual ha de reconocerse como un avance simbólico muy importante; sin embargo, la viabilidad de una plasmación práctica que permita una legislación efectiva sobre derechos de los animales queda muy restringida, puesto que deja al criterio de los Estados la excepción a dichas “exigencias” cuando colisionen con “los ritos religiosos, las tradiciones culturales y los patrimonios regionales” (¿acaso no es “cultural” comer carne en exceso?). La incorporación de estas excepciones estuvo motivada, entre otros, por el Gobierno Español, para evitar la lucha judicial contra las fiestas taurinas[iv].En España la legislación es escasa y dispersa; las competencias pertinentes están transferidas a las CC.AA. (http://www.blogger.com/www.conciencia-animal.cl/paginas/leyes/leyes.php?d=38). Por grandes ciudades, Barcelona representa un hito al decidir su ayuntamiento por mayoría declarar “antitaurina” a la ciudad. En la CAM existen algunas asociaciones experimentadas que trabajan específicamente en pro de los derechos de los animales[v].Referencias[i] Peter Singer, Liberación Animal, Trotta, Madrid, 1999. Existen miles de extractos del libro en Internet; entre otros:http://usuarios.lycos.es/jhbadbad/anarquia/peter_singer_LA.htm[ii] Especial Mundo Animal II. Cuando lloran los elefantes, en “The Ecologist para España y Latinoamérica” nº 20, año VI, enero-febrero-marzo 2005.[iii] Comer carne, ¿es sostenible?, en “WorldWatch edición en Español”, nº 22, 2004.[iv] R. Tamames y M. López, La Unión Europea, Alianza Editorial, pp. 425-426, 2002.[v] Entre ellas: Derechos para los animales http://www.derechosparalosanimales.org/ALA www.liberacionanimal.org/

Coches ¿ecológicos?

Hola a todos:Recogiendo el guante arrojado por Félix Hernández de Rojas, aquí va mi comentario sobre el automóvil ecológico en la actualidad. Él me preguntaba por los "coches híbridos, esos con motor y con batería", pero yo he encabezado este texto de otra forma porque, para empezar, creo que hay mucha confusión en la nomenclatura y en la información en general sobre las tecnologías disponibles. A ver si yo ayudo un poco: hasta ahora, etiquetados como ecológicos, me he encontrado con estos productos:
- "Coches híbridos, de esos con motor y con batería", como decía Félix.
Llevan dos motores: uno convencional de explosión, para puntas de velocidad (digamos para funcionar un 10 % del tiempo total de uso) y otro con alguna tecnología ecológica para el uso estándar a menor velocidad. Por motivos que se comprenderán al acabar de leer este texto, no se justifica tanta complejidad tecnológica (dos motores, probablemente con dos depósitos de combustible, resto de accesorios duplicados...) y se prefiere alguna de las dos opciones que siguen:
- "Coches con motor de explosión, como los que ya tenemos, pero con combustible ecológico".
La gran noticia para los fabricantes e ingenieros es que desde hace ya mucho sabemos que con prácticamente ninguna modificación, los motores de explosión convencionales pueden funcionar también con una mezcla de carburante fósil y alcohol (los llamados biodiesel), ó sólo con alcohol, o con algunos aceites vegetales. Resulta interesante leer en "Peter - el niño soldado" cómo los guerrilleros de Sierra Leona, sin acceso a los combustibles requeridos por sus vehículos, los hacían correr por la selva mediante un carburante casero hecho con aceite de palma fermentado en keroseno. Repsol es el pionero en España en una investigación sobre estos combustibles que ahora están en pleno "boom". En el mundo, el interesado nº 1 es Brasil, con una enorme capacidad de producción de alcohol producto de la fermentación del azúcar de caña y aceites en sus enormes extensiones agrarias.¿Por qué es ecológico este combustible? Lo es CUALQUIERA QUE TENGA ORIGEN EXCLUSIVAMENTE VEGETAL, porque el CO2 emitido por el coche es re-absorbido al 100 % en la planta que está creciendo en la cosecha energética, por lo cual las emisiones de CO2 son nulas. Además, en general el nitrógeno y azufre que contienen las plantas de origen es muy poco en comparación con el que contienen los combustibles fósiles, por lo cual también se reducen las emisiones tóxicas de NOx y SOx de los tubos de escape.¿Por qué no es ecológico el motor? No lo es CUALQUIERA QUE NECESITE OBTENER EL MOVIMIENTO A PARTIR DE CALOR. Esta es una restricción termodinámica: es así, y no hay más que hablar. El fundamento del motor de explosión es que el calor producido en la combustión del carburante en el cilindro, genera calor, este calor se traduce en presión, esta presión se comunica al cigüeñal que mueve finalmente las ruedas. En ese sentido, la tecnología que quema carburante fósil, igual que cualquier otro, por cada kW contenido en el combustible sólo llegan 0,25 kW a las ruedas (rendimiento del 25%, o cosa así). Por eso la tecnología de motor de explosión no se puede considerar ecológica, porque tiene esta terrible ineficiencia energética imposible de mejorar. La explicación termodinámica es muy bonita pero engordaría este texto tremendamente. A quien esté interesado (tranquilo, Félix, tú no te libras), se la envío.
- "Coches con motor ecológico, sea el combustible ecológico o no"
Ésto es lo más delicado de explicar y entender. Existen motores que no son de explosión, es más, que no necesitan un paso intermedio de generar calor, como son las pilas de combustible. Se llaman pilas de forma impropia, porque no tienen nada que ver con las pilas de los juguetes. En realidad son reactores químicos en los que conseguimos controlar la transferencia de electrones en que consiste la conversión de reactivos en productos, en forma de potencia eléctrica que directamente se convierte en movimiento, con un rendimiento teórico del 100 % y, en la práctica, bastante próximo. Por tanto, esta TECNOLOGÍA sí puede llamarse plenamente ecológica. Esto, respecto al término "pilas".Pero el problema viene por el final "de combustible", que hace referencia al reactivo a emplear. Y aquí viene lo gordo: no existe disponible, por el momento, ningún combustible ecológico para esta tecnología. Teóricamente sí se ha conseguido mediante la reacción de H2 con el O2 del aire, para producir agua como único producto por el tubo de escape. Pero, en la práctica, el problema es que apenas existe H2 libre en el Planeta Tierra: hace ya muchos millones de años se convinó todo lo que había con el O2 liberado por las plantas para dar lugar a los océanos (digamos que ésa es la ventaja tecnológica que nos lleva la Naturaleza ahora mismo), y sólo tenemos un poquitín en los yacimientos de gas natural. ¿Dónde podemos encontrar H2, aunque no sea libre? pues en los combustibles fósiles, en aceites vegetales... pero para extraerlo HAY QUE GENERAR CO2, ¡y mucho! De hecho, la única alternativa que daba el profesor Fierro (especialista del CSIC en la materia) es que "al menos, como lo produciremos de forma controlada en las factorías de H2, podemos ir metiendo el CO2 generado en botellas a presión"...¿indefinidamente? Osea: tenemos prácticamente el mismo problema de CO2 que tenemos ahora. O del agua de los océanos, invirtiendo el proceso natural, pero para ello hace falta una ENORME CANTIDAD DE ENERGÍA ELÉCTRICA, que sólo podríamos obtener, digamos.... ¡¡¡¡por fisión nuclear o de la quema de combustibles fósiles!!!!Tampoco tenemos en la Tierra las toneladas ingentes de Platino que hacen falta como catalizador pero bueno, yo soy optimista y creo que algún día descubriremos catalizadores basados en metales más abundantes como el hierro, cromo, níquel...¿Cuál es la mejor solución?En fin, en mi opinión, no usar coche (yo no tengo), o limitar su uso en lo posible apoyando alternativas más sostenibles, y usar combustibles realmente ecológicos.
Un saludo,
Nacho Cívicos

Nociones de ética práctica. Consejos.

En rigor: es humano, es irremediable, hay que admitirlo como axioma de base: Tendemos a estar 100% seguros y a ser rotundos con nuestros juicios acerca de cómo deberían comportarse los demás, incluso con una información muy escasa de la situación. En la vida diaria es recurrente el "te lo dije", "yo en su lugar lo tendría claro", "ha hecho X, si al menos hubiera añadido Y, habría compensado", "no me hizo caso y ahora sufre las consecuencias"... Somo categóricos con los demás y les exigismos un nivel de inflexibilidad que no nos exigimos a nosotros mismos: ésta es la asimetría fundamental en las relaciones humanas. "El otro" no merece la misma compasión o margen que merezco yo (acordémonos de las Nociones I, dado que yo soy buena persona de forma indiscutible). En ese contexto hay que entender el significado de "prójimo" cristiano, por ejemplo, concepto que de todas formas es insuficiente como mostró Russell (que propuso, para complementar a "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti", el axioma "no hagas a los demás lo que querrías que te hicieran a ti, porque podrían tener otros gustos").Conste que no es necesariamente negativo dar nuestro parecer a otros, puesto que a veces el que está en medio del dilema no ve las cosas con completa claridad, está ofuscado y por tanto le viene bien alguien que le recuerde factores que no ha considerado en toda su dimensión. Donde yo incido es que somos injustos cuando aplastamos al otro con un juicio definitivo, porque no tenemos derecho a establecer que nosotros somos más listos y clarividentes que la otra persona, que además muy probablemente no se encuentra en un momento anímico óptimo. Hay una distancia infinita entre una advertencia terrible y despechada, y un consejo suave y oportuno. Bien, eso en cuanto a las relaciones.Pero a lo que voy es que resulta sorprendente que nos resulte tan fácil aconsejar a otros y tan difícil hacerlo con nosotros mismos, también, ¡porque el otro te lo exige, incluso cuando tú no te atreves a hacerlo, por pudor o cautela!. Por ejemplo, Sabater declaraba hace años, durante el último conflicto de los Balcanes, que los periodistas le preguntaban insistentemente "y ud., ¿qué es lo que cree que se debería hacer?" y él contestaba "¡pues no lo sé! ¿por qué se supone que yo, por ser filósofo, debería tener respuesta para todo?". De hecho a mí la gente se me sigue irritando cuando me pregunta por algo, yo le doy mi parecer, y termino la frase con "bueno, eso creo, no estoy 100% seguro, pero yo lo haría así". ¿Por qué la gente se te enfada cuando no le das una respuesta 100% segura? Y esto no tiene nada que ver con la honestidad personal: ser honesto es declarar lo que uno conoce, no lo que uno supone o intuye. Al menos, así lo veo yo, pero reconozco que la mayoría de la gente no opera así. Siempre me acordaré de cuando una vez estaba absolutamente perdido, en Madrid, y a la única viandante que encontré en la calle (era un barrio de esos incipientes y desolados), le dije "perdone, me han dicho que por aquí cerca hay un VIPS, ¿podría ud. decirme...?" Y ella, quedándose reflexivamente en silencio durante unos segundos, finalmente me dijo "puede ud. tener razón", y siguió su camino...Es un arte delicado eso de aconsejar, en fin.

Tú eres mi hogar

Hace falta una casa. Nos preocupamos, preguntamos, oímos y contrastamos opiniones, consultamos páginas de internet y miramos anuncios colgados de los balcones, pegados a las ventanas, ordenados en anaqueles en los escaparates de las inmobiliarias… hace falta una casa, pero tú constituyes mi hogar. A partir de hoy, iremos donde nosotros decidamos. El mundo es amplio, y también incierto: hace falta una casa, pero junto a ti está siempre mi techo. Todo es perecedero, pero lo que nosotros nos damos no; lo que nosotros nos damos es ahora mismo la piedra, el cemento, y si sobreviniera la pobreza, desde la pobreza nos levantaremos. Si sobreviniera la riqueza, la administraremos y siempre recordaremos que nosotros somos lo que conforma un cobijo y que sólo nosotros lo construiremos. Hace falta una casa pero tú, sí, tú, eres mi hogar.
Valladolid, 5 ago 2005