Comunicaciones personales

viernes, 4 de mayo de 2007

Guardia Civil

Supongo que sé de la Guardia Civil lo que la mayoría de la gente. Pero también supongo que, al igual que otras particularidades de la cultura española, aunque nosotros tengamos el concepto medianamente claro, resulta difícil de explicar a los amigos que tenemos en el extranjero, así que este texto va para ellos. Objetivamente hablando, la Guardia Civil es un cuerpo de seguridad híbrido: viven acuartelados y se someten al rigor militar, pero cumplen funciones comparables a las de la policía: tráfico, persecución de delincuencia común, delitos especiales contra el medio ambiente o informáticos, antidroga...Supuestamente, lo único distintivo de la Guardia Civil es eso, que son distintos, visten de verde y llevan tricornio (bueno, y ni ésto último). Se supone que históricamente han sido siempre más duros, pero yo no sabría decir si actualmente son más duros que los antidisturbios o la policía nacional en general. Han tenido una especial relevancia en la lucha contra ETA, lo cual ha tenido sus luces y sus sombras, grandes logros pero también Intxaurrondo, y tampoco en esto se diferencian claramente de otros cuerpos de seguridad. Dominaban en el medio rural y ahí es donde hubo más sangre por ejemplo durante la Segunda República, en forma de represalias cruzadas entre vecinos y parejas (ver por ejemplo las "Memorias Políticas y de Guerra", de Azaña). Ya fue un error que se creara otro cuerpo más, paralelo, los Guardias de Asalto, entonces, un error del estilo del que supuso cambiar la bandera: un intento de complicar más el esquema organizativo en vez de resolverlo, por no hablar de la triste historia de Calvo Sotelo. Duante el franquismo se ocupaban, entre otras cosas, de "tener en danza" a ciertos colectivos sospechosos, como los "quinquilleros", gitanos que vivían de hacer pequeñas chapuzas, itinerantes, siempre viajando y pernoctando pocas noches en cada pueblo. El Lute iba con su familia por los pueblos del norte de Ávila, de pequeño, y los uniformes verdes seguro que fueron los primeros que conoció. El General de la Guardia Civil que estuvo al frente del cuerpo ya durante la transición (Sáenz de Santamaría), curiosamente, se mostró dubitativo y al final dejó estar el estatus del cuerpo, separado de la policía: creía que la competencia entre ambos cuerpos redundaba en una mejora del servicio, a pesar de la patente ineficacia provocada por las redundancias de recursos para las mismas funciones. La Guardia Civil ya entrados los años 80, seguía siendo muy suya, y distinta. Próxima a la gente, era pública y podías tomarte un café con el guardia civil que vivía a dos manzanas de tu casa. Pero también secreta, porque no podías ir a su casa como podías entrar en cualquier otra: prohibido aparcar enfrente e inspección de la garita antes de pasar. Producía respeto y a la vez cierta antipatía tener que rendir tantas cuentas para ver a una amiga, allí cerca, en Valladolid, en su casa en el cuartelillo. Pero en realidad, muy poca gente ha sido capaz de ver las cosas "desde dentro". El "chollo" que representaba tener casa gratis es envidiable cuando la casa está nueva, pero ahora ese mismo edificio de mi amiga está decrépito, y el tema de las infraestructuras ya fue motivo de suficiente vergüenza cuando lo del escándalo de Luis Roldán, capturado esperpénticamente en una localización que desde luego no era Laos. Vaya un ejemplo de cambio, un civil al frente de la Guarcia Civil en lugar de un militar y resulta que salió con esta estafa. Pero, insisto, este escándalo entre otras cosas dirigió todas las miradas hacia los grandes números, y las jerarquías: ¿Cómo vivían, mientras tanto, los guardias civiles de base? ¿Qué película se ha hecho sobre ellos? ¿Hay alguna novela u obra de teatro o gran reportaje que se haya titulado "memorias de un guardia civil"? ¿Es que la vida de los guardias civiles no tiene ningún interés o signo distintivo que merezca atención? Pues parece que sí: las asociaciones profesionales que nadie conocía, hasta el día la manifestación de la Plaza Mayor. Una vez más, los verdaderos cambios y revoluciones se van generando desde dentro y desde la base, y no desde fuera y desde arriba. Parece que los propios guardias civiles y no sólo los analistas o estudiosos proclaman lo evidente: que la Guardia Civil, si actúa como policía, viste como policía, y cobra como policía, ¡es que es policía!. Para qué seguir insistiendo en que sea un ejército en la calle: ¿para defender al Estado contra los ciudadanos? ¡no en una democracia! ¿para defender a los ciudadanos contra el Estado? ¡para eso ya hay otros medios igual de eficaces! ¿para defender a unos ciudadanos contra la agresión de otros? Pues sí, nada más y nada menos que eso: osea, lo mismo que la policía. La Guardia Civil tiene unidades expertas muy valiosas, pero, ya lo saben las empresas privadas desde hace tiempo, los movimientos que se hacen sin dar ni palabra ni voto a los empleados, en algún momento empieza a detener el crecimiento de la empresa, que pierde comba y acaba sucumbiendo a sus competidores. Seguramente la mayoría de los españoles no quiere que desaparezca la Guardia Civil, pero sí que se reconvierta.Un saludo, y mi apoyo a las reivindicaciones de los amonestados por la manifestación en la Plaza Mayor de Madrid, fuisteis muy valientes, al ir de cara y con uniforme. Saludos y ánimo: las revoluciones como las que estáis provocando son de esas que son ejemplares, porque no dejan sangre ni muertos. Tenéis las de ganar.

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