Comunicaciones personales

martes, 1 de mayo de 2007

El Proyecto Gran Simio en España

Hola a todos:
Estoy recibiendo noticia últimamente de la propuesta en el parlamento para que el Gobierno Español se adhiera al Proyecto Gran Simio, y me resulta extraño que se haya hecho notar y que esté causando polémica... lo cual demuestra que la antigua controversia darwinista entre el mono y el hombre no está ni mucho menos muerta. Félix, tranquilo, tengo mi comentario sobre los coches híbridos ya casi listo, pero hoy me ha dado la pasión por escribir de este tema. De momento, como viene siendo tristemente frecuente, no aparece por ningún sitio el contenido del Proyecto, sino sólamente las reacciones que suscita. En fin; vaya por delante que yo mismo me encargué de preparar un documento base de trabajo sobre derechos de los animales para Los Verdes de Madrid hace ya tiempo, y que me leí con atención "Liberación animal" de Peter Singer (tras su lectura he reducido drásticamente mi consumo de carne, y le recomiendo a todo el mundo que se lo lea), así que no me pilla de forma marginal el tema precisamente.1.- Qué cara, qué gesto... qué carajo es esto...El Proyecto Gran Simio puede encontrarse en http://www.greatapeproject.org/declaration.html (una web en español, más abajo). Cuando se lee (la declaración ocupa menos de un DIN A-4), se entiende que es una iniciativa para dotar a los grandes simios de derechos. ¿Cómo lo entiendo yo? Como una fórmula novedosa para tratar de resolver con más eficacia un problema antiguo, a saber, la de la protección de los animales en general, empezando por los que más evidentemente se nos parecen (estoy seguro de que es mucho más difícil proteger a las babosas de tierra húmeda que a los chimpancés, por ahora). La declaración parece muy simple y muy humilde, ¿no?: "1.- Derecho a la vida" ¿Por qué deberíamos matarlos, vamos a ver? ¡si ni siquiera nos los comemos! No deberíamos matar animales arbitrariamente. "2.- Derecho a la libertad individual": ¿por qué deberíamos encerrarlos y prohibirles cosas en su hábitat! ¡si nosotros no necesitamos vivir allí! "3.- Prohibición de tortura": ¿por qué deberíamos maltratar a los animales arbitrariamente? FIN. Ya está. Podemos explicarlo y justificarlo más extensamente, pero, en resumidas cuentas, eso es todo. Sin necesidad de haberle puesto un nombre al asunto, prácticamente podríamos estar de acuerdo todos los seres humanos de buena voluntad en estas cosas ¿Dónde está el jaleo entonces?Después de haber leído los recelos de Ángel Pestaña (Inst. de Invest. Biomédicas, CSIC) en El País de ayer, y de Alejandro Navas (Prof. de Comunicación de la Univ. de Navarra), creo que al menos hay dos trampas lógicas en las cuales no deberíamos caer:
1) Estamos hablando de elevar el nivel de derechos de los animales, no de reducir el de los seres humanos. Es un argumento perverso el tratar de meter "liberación animal" y "odio al hombre" en el mismo saco como trata de hacer el sr. Navas en su artículo. De hecho esta confrontación es absolutamente artificial: se puede comprobar que un escaso respeto por las personas se suele corresponder con un escaso respeto por los animales, y viceversa. Cuando se usa este argumento, en realidad se está reivindicando este especismo esencialista, absoluto, intemporal, dictado por un tal Jehová: "evidentemente, el hombre es superior y propietario con derechos absolutos sobre los animales y plantas". Al sr. Navas en particular y al público en general yo les recordaría esta incómoda verdad: ese aserto ha venido siendo, históricamente, bastante relativo: Aristóteles ya sentó que "evidentemente, el hombre es superior y propietario con derechos absolutos sobre la mujer" (por cierto, el mismo Jehová venía a decir también esto, cuando se lee atentamente el mandamiento aquel de "No robarás"), y más de uno sentó no hace tanto tiempo que "evidentemente, el hombre blanco es superior y propietario con derechos absolutos sobre los negros africanos". Ya sé que causará sorpresa, pero igual que hay razones poderosas HOY para defender que el hombre negro y la mujer merecen los mismos derechos que el hombre blanco y el hombre en general (respectivamente), empieza a haberlas para defender que los grandes simios merecen... Así, que esperemos un poco a escandalizarnos, a lo mejor no hay que levantar tanta polvareda. Total, a los grandes monos a lo mejor los acabamos exterminando todos, lamentablemente, porque no nos son útiles, como lo fueron y lo siguen siendo las mujeres y los hombres negros.
2) Puede pensarse, tal como argumenta el sr. Pestaña, que en realidad este proyecto es un intento rocambolesco e innecesario, puesto que ya hay otros enfoques dedicados a la protección de los animales, y en eso tiene parte de razón indudablemente. Efectivamente estas herramientas existen dentro de varias legislaciones, desde las que regulan el funcionamiento de reservas naturales (desde Colobia a los Grandes Lagos) como para los animales de granja en el Reino Unido o la reciente consideración específica en el Proyecto de Constitución europea. La pregunta que yo, ingenuamente me hago (y, por favor, en este momento pido la ayuda de algún especialista en Derecho) es si el nivel de protección necesario se puede alcanzar sin que se utilice una Declaración de Derechos, en las sociedades occidentales. Es decir, ¿por que se hizo imprescindible dotarnos de una Declaración Universal de los Derechos Humanos, a pesar de todas las medidas legislativas que ya estaban estipuladas al respecto desde la Revolución francesa hasta ese momento? Pienso que es porque sintagmas como "declaración de derechos", "inalienables", "nacen libres e iguales", etc, por algún motivo inexcrutable, SUENAN MÁS RESPETABLES que el "no matarás", por ejemplo, que reivindicaba (así de simple) Hermann Hesse en tiempo de la II Guerra Mundial. Es decir, hablando seriamente, ¿realmente pensamos que las medidas legales actualmente existentes conseguirán, sin ningún refuerzo de este tipo, ser aplicadas? Con los seres humanos no sucedió, así que, ¿deberíamos pensar que se conseguirá en el caso de los animales, que además no pueden reivindicarlos en nuestro idioma? Que conste que este segundo punto no es una pregunta retórica, ni capciosa, es una pregunta a secas: por favor, que alguien me la conteste en el universo Blog. Y que conste que yo no soy esencialista, y me siento más cercano a los utilitaristas: creo más cuerdo definir a alguien por lo que hace, más que por lo que alguien dice que es.Nada más. Acompaño el texto del que hablaba al principio, que es más solemne.
Un saludo,Nacho Cívicos
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Los Verdes de Madrid
C/ Trafalgar 32 1º A28010-Madrid
ÁREA DE TRABAJO: DERECHOS DE LOS ANIMALES
1. Antecedentes:
El trabajo en esta área es inherente a los Verdes de Madrid ya desde sus estatutos (Art. 6.5), en los cuales fijan como reivindicación el abandono del antropocentrismo dominante en la cultura occidental actual. La presente propuesta de trabajo está iniciada en el Documento Político del XI Congreso (Madrid, 23/10/2004) en el que, junto a la reivindicación antitaurina, el abajo firmante propuso la inclusión de algunas otras reivindicaciones alineadas con el Movimiento de Liberación Animal, básicamente fundado por el filósofo Peter Singer en 1975[i]
2. Derechos de los animales: teoría y práctica.
Fundamentalmente existen dos tipos de argumentos que sostienen la reivindicación de derechos para los animales:a) A nivel ético y jurídico (ámbito del “derecho natural”):- En línea con el abandono del antropocentrismo, los animales tendrían ciertos derechos “naturales” e inalienables, en contra de la herencia cultural judeo-cristiana establecida en el Génesis. ¿Qué derecho tenemos nosotros a considerarnos superiores al resto de los animales y a usarlos como nos parezca, con total impunidad? Éste es el principio básico en que se apoya el movimiento en contra de la experimentación con animales: si pudiéramos garantizar que mediante la tortura de un animal vamos a erradicar una enfermedad, dicha tortura estaría justificada, pero este supuesto es inverosímil. Apoyan el cambio de paradigma, también, investigaciones sobre el mundo animal que demuestran la gran proximidad biológica y social del ser humano con otros animales (p. ej., el Proyecto Gran Simio: http://www.proyectogransimio.org/).- En línea con el reconocimiento de los animales como seres sensibles, capaces de sufrimiento, los animales se diferenciarían claramente de vegetales, minerales, etc. y serían depositarios de similares derechos que los seres humanos en cuanto a protección contra abusos. Este enfoque resulta “natural” cuando tratamos bien a nuestras mascotas, pero asumido radicalmente plantea una serie de paradojas: sería ético comer jamón de Guijuelo, que han disfrutado de buen nivel de vida antes de morir, pero no lo sería comer jamón más barato, probablemente procedente de granjas intensivas; por el mismo motivo sería más ético, en la situación actual, consumir pescado que carne. Éste es el principal argumento en contra del sufrimiento y muerte gratuita de animales para peletería, cosmética u ocio (fiestas taurinas, caza del zorro, etc.)Un análisis actualizado de esta postura puede encontrarse en la revista decana del periodismo ecologista, The Ecologist, en un número monográfico reciente[ii].b) A nivel ecológicoSin necesidad de declararnos en contra del antropocentrismo e incluso por encima del respeto al sufrimiento animal, existen actualmente razones suficientes para abandonar el actual modelo de comportamiento con los animales:- En línea con la defensa de la biodiversidad, el principio de precaución aconseja no alterar arbitrariamente la variedad y distribución genética del planeta. Éste es el argumento principal en contra tanto del exterminio sistemáticos de animales (vulneración de su hábitat natural, tráfico de animales exóticos, agotamiento de caladeros) como de la “contaminación genética” por introducción de especies nuevas en hábitats donde antes no los había (el conejo en Australia, el cangrejo americano en nuestros ríos, etc.)- En línea con la defensa de la sostenibilidad, existen evidencias suficientes de que comer carne no es sostenible. Sin necesidad de ser pro-vegetarianos, tenemos una dieta basada en el consumo carne en un exceso que perjudica a la vez a nuestra salud (es siempre mejor comer más fruta y verduras), a la atmósfera (por el elevado consumo de energía y emisión de CO2 que requiere la producción de carne) a la cubierta vegetal (puesto que enormes extensiones de vegetación autóctona han de convertirse en pastos para el engorde del ganado) y, finalmente, a la vida de millones de animales, engordados en pésimas condiciones en granjas intensivas.Un análisis actualizado de esta postura puede encontrarse en la revista WorldWatch, como artículo en portada de un número reciente[iii].Aunque a nivel teórico ambas líneas tienen un origen y fundamento distinto, en la práctica es fácil ver que confluyen, concluyendo en el aserto esencial de que lo que es bueno para los otros animales es también bueno para el hombre, y viceversa, y de que comportarnos bien con los animales ayuda a que también nos comportemos bien entre nosotros. Así, es falaz el planteamiento “ocupémonos primero de los humanos”, y la reivindicación de los derechos de los animales ha de enmarcarse al mismo nivel que la defensa de los derechos humanos y la defensa del medioambiente, bajo un espíritu integrador.
3. Derechos de los animales: situación actual en la UE y en España
El “Tratado por el que se establece una Constitución para Europa” incluye la cuestión animal en los artículos III-121 y III-154 (http://www.blogger.com/www.constitucioneuropea.es). Es la primera Constitución en que aparece esplícitamente las “exigencias del bienestar de los animales”, lo cual ha de reconocerse como un avance simbólico muy importante; sin embargo, la viabilidad de una plasmación práctica que permita una legislación efectiva sobre derechos de los animales queda muy restringida, puesto que deja al criterio de los Estados la excepción a dichas “exigencias” cuando colisionen con “los ritos religiosos, las tradiciones culturales y los patrimonios regionales” (¿acaso no es “cultural” comer carne en exceso?). La incorporación de estas excepciones estuvo motivada, entre otros, por el Gobierno Español, para evitar la lucha judicial contra las fiestas taurinas[iv].En España la legislación es escasa y dispersa; las competencias pertinentes están transferidas a las CC.AA. (http://www.blogger.com/www.conciencia-animal.cl/paginas/leyes/leyes.php?d=38). Por grandes ciudades, Barcelona representa un hito al decidir su ayuntamiento por mayoría declarar “antitaurina” a la ciudad. En la CAM existen algunas asociaciones experimentadas que trabajan específicamente en pro de los derechos de los animales[v].Referencias[i] Peter Singer, Liberación Animal, Trotta, Madrid, 1999. Existen miles de extractos del libro en Internet; entre otros:http://usuarios.lycos.es/jhbadbad/anarquia/peter_singer_LA.htm[ii] Especial Mundo Animal II. Cuando lloran los elefantes, en “The Ecologist para España y Latinoamérica” nº 20, año VI, enero-febrero-marzo 2005.[iii] Comer carne, ¿es sostenible?, en “WorldWatch edición en Español”, nº 22, 2004.[iv] R. Tamames y M. López, La Unión Europea, Alianza Editorial, pp. 425-426, 2002.[v] Entre ellas: Derechos para los animales http://www.derechosparalosanimales.org/ALA www.liberacionanimal.org/

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