Tú eres mi hogar
Hace falta una casa. Nos preocupamos, preguntamos, oímos y contrastamos opiniones, consultamos páginas de internet y miramos anuncios colgados de los balcones, pegados a las ventanas, ordenados en anaqueles en los escaparates de las inmobiliarias… hace falta una casa, pero tú constituyes mi hogar. A partir de hoy, iremos donde nosotros decidamos. El mundo es amplio, y también incierto: hace falta una casa, pero junto a ti está siempre mi techo. Todo es perecedero, pero lo que nosotros nos damos no; lo que nosotros nos damos es ahora mismo la piedra, el cemento, y si sobreviniera la pobreza, desde la pobreza nos levantaremos. Si sobreviniera la riqueza, la administraremos y siempre recordaremos que nosotros somos lo que conforma un cobijo y que sólo nosotros lo construiremos. Hace falta una casa pero tú, sí, tú, eres mi hogar.
Valladolid, 5 ago 2005
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