Comunicaciones personales

martes, 1 de mayo de 2007

Nociones de ética práctica. Consejos.

En rigor: es humano, es irremediable, hay que admitirlo como axioma de base: Tendemos a estar 100% seguros y a ser rotundos con nuestros juicios acerca de cómo deberían comportarse los demás, incluso con una información muy escasa de la situación. En la vida diaria es recurrente el "te lo dije", "yo en su lugar lo tendría claro", "ha hecho X, si al menos hubiera añadido Y, habría compensado", "no me hizo caso y ahora sufre las consecuencias"... Somo categóricos con los demás y les exigismos un nivel de inflexibilidad que no nos exigimos a nosotros mismos: ésta es la asimetría fundamental en las relaciones humanas. "El otro" no merece la misma compasión o margen que merezco yo (acordémonos de las Nociones I, dado que yo soy buena persona de forma indiscutible). En ese contexto hay que entender el significado de "prójimo" cristiano, por ejemplo, concepto que de todas formas es insuficiente como mostró Russell (que propuso, para complementar a "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti", el axioma "no hagas a los demás lo que querrías que te hicieran a ti, porque podrían tener otros gustos").Conste que no es necesariamente negativo dar nuestro parecer a otros, puesto que a veces el que está en medio del dilema no ve las cosas con completa claridad, está ofuscado y por tanto le viene bien alguien que le recuerde factores que no ha considerado en toda su dimensión. Donde yo incido es que somos injustos cuando aplastamos al otro con un juicio definitivo, porque no tenemos derecho a establecer que nosotros somos más listos y clarividentes que la otra persona, que además muy probablemente no se encuentra en un momento anímico óptimo. Hay una distancia infinita entre una advertencia terrible y despechada, y un consejo suave y oportuno. Bien, eso en cuanto a las relaciones.Pero a lo que voy es que resulta sorprendente que nos resulte tan fácil aconsejar a otros y tan difícil hacerlo con nosotros mismos, también, ¡porque el otro te lo exige, incluso cuando tú no te atreves a hacerlo, por pudor o cautela!. Por ejemplo, Sabater declaraba hace años, durante el último conflicto de los Balcanes, que los periodistas le preguntaban insistentemente "y ud., ¿qué es lo que cree que se debería hacer?" y él contestaba "¡pues no lo sé! ¿por qué se supone que yo, por ser filósofo, debería tener respuesta para todo?". De hecho a mí la gente se me sigue irritando cuando me pregunta por algo, yo le doy mi parecer, y termino la frase con "bueno, eso creo, no estoy 100% seguro, pero yo lo haría así". ¿Por qué la gente se te enfada cuando no le das una respuesta 100% segura? Y esto no tiene nada que ver con la honestidad personal: ser honesto es declarar lo que uno conoce, no lo que uno supone o intuye. Al menos, así lo veo yo, pero reconozco que la mayoría de la gente no opera así. Siempre me acordaré de cuando una vez estaba absolutamente perdido, en Madrid, y a la única viandante que encontré en la calle (era un barrio de esos incipientes y desolados), le dije "perdone, me han dicho que por aquí cerca hay un VIPS, ¿podría ud. decirme...?" Y ella, quedándose reflexivamente en silencio durante unos segundos, finalmente me dijo "puede ud. tener razón", y siguió su camino...Es un arte delicado eso de aconsejar, en fin.

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