Comunicaciones personales

viernes, 26 de abril de 2013

Hagan juego, hagan juego, señores

Un gobierno "de izquierdas" recortó derechos de los trabajadores hasta atacar la antes fortaleza inexpugnable del Estatuto de los Trabajadores. Mientras, uno de los que protestaron públicamente contra ello se convirtió más tarde en Ministro del Trabajo. Después, un gobierno "de derechas" se dedicó a subir impuestos.

En paralelo, un señor "muy de derechas" me ofreció esta revelación súbitamente surgida en la soledad de su reflexión: el crecimiento económico continuado es imposible, es más, es indeseable (¿habrá tenido ocasión de conocer el movimiento pro-decrecimiento, me pregunto yo?). A la vez, un señor "tradicionalmente de izquierdas" me hablaba obsesivamente de la necesidad de que hubiera crecimiento del PIB para poder recuperar el empleo.

También, uno y otro ministro "de izquierdas" advertían sobre el peligro de dejar caer a los bancos, mientras que un digno representante de los defensores de fondos de inversión, osea "neoliberal hasta el extremo" declara en su libro que dejarlos caer es mejor que todo esto (mucho más barato y por tanto adecuado al momento que vivimos) y mejor nos habría ido sin salvarlos.

Unos amigos defendían a capa y espada la ortodoxia de libre mercado que dejó que se disparase el precio de las viviendas, a pesar de que ellos mismos fueron los más directos damnificados: hay tanta gente que cree que el orden de cosas está bien, aunque a ellos les vaya mál, que me encuentro desolado.

Los ecologistas están confederados, aunque el medioambiente no entiende de fronteras políticas; sin embargo, la agrupación catalana admite que el comportamiento medioambiental de la actual Administración autonómica ("catalanista") es idéntica a la que sostiene la Administración central ("españolista") para todo el estado: en eso, en lo que deberían diferenciarse radicalmente si realmente quieren ser una cosa distina, curiosamente se parecen.

En el mismo periódico aparece la oposición de la Iglesia católica a pagar el IBI y una carta del presidente de la Conf. Episcopal pidiendo generosidad a los fieles. Por cierto que los mismos que reclamaron el IBI a la Iglesia católica no pagan ellos mismos el IBI de sus edificios. Siguiendo con religión, es muy fácil y moderno insultar a los católicos, pero no tan fácil insultar a fieles de otras creencias, por lo que se quitan crucifijos de las escuelas pero se modifican las fallas de Valencia.

Menos mal que tendremos Eurovegas, el único lugar lógico de España porque en él reinará únicamente el puro azar y todas las opciones tendrán exactamente la misma probabilidad, sin tener que ampararse en principios ni en ideas. Para todo lo demás, seguiré usando mucho las comillas.