Comunicaciones personales

domingo, 18 de marzo de 2007

Fantasía vs. Realidad

Hay un ensayo poco conocido, en español y editado por Espasa que se titula "Contra la imaginación", de Christophe Donner: no acabo de entender la parte en que arremete contra el psicoanálisis, pero en lo tocante a la discusión de qué valor tenga la imaginación es el único texto que he encontrado que defiende esta tesis: la fantasía es más bella que la realidad, pero la realidad es siempre más interesante.

Yo comparto esta tesis, que no es ni mucho menos inflexible ni excluyente. Y creo que no viene mal tenerla en cuenta para, por una parte, rechazar fantasías feas. Por ejemplo, "Sin City" es una apología de la fealdad innecesaria: la fealdad ya está en nuestro mundo, en demasiados sitios. Reconstruir una fealdad artificial no suma ni aporta gran cosa excepto efectos visuales. Sin embargo, ¡qué bella fantasía la de Tolkien, Weys&Hickman, o Moorcock! Pero yo reivindico que estamos necesitados de una mayor dosis de realismo en la sociedad actual, demasiado propensa al escapismo. Películas como "Las Crónicas de Narnia" o "Harry Potter" son un capricho calórico, pero "Volando voy" o "7 Vírgenes", son proteína imprescindible.
Aparte, también el realismo tiene matices mágicos, sólo hay que saber apreciarlos, sin ni siquiera ir a parar al Realismo Mágico de Gabriel García Márquez. Y también la fantasía puede estar impregnada de realismo, léase Momo o La Historia Interminable. La realidad de las cosas no está ahí, simplemente, no está disponible para que uno la arranque a su paso tal como puede hacerse con los arbustos o las flores. La realidad se nos oculta y además se olvida, por eso es tan importante que permanentemente haya gente que la revele y la resucite, al estilo de "Invisibles", independientemente del arte.

jueves, 15 de marzo de 2007

De Juana Chaos

Muy bien, el revuelo ha sido tan enorme que hasta yo voy a acabar escribiendo algo sobre este caso. Esta es mi postura: no es un tema tan importante, no merece la atención que le estamos prestando. Yo no he estado obsesionado con él este último mes, debe de ser que soy un bicho raro o que contra toda lógica me preocupen otras cosas nimias tales como el embarazo de mi mujer, mi alergia galopante o que hace meses que no veo a tal o cual amigo, o incluso la empresa en la que he empezado recientemente a trabajar. Debo de ser raro al preocuparme por estas cosas que sin duda son superficiales frente al horrible fraude moral que representa un tío en huelga de hambre, hecho ya de por sí un tanto frívolo si pensamos que no lo hace por ninguna causa en concreto en un mundo en que muere tanta gente que se muere de lo mismo sin libertad de elegirlo.

En fin: que creo que se le ha dado una dimensión exagerada a todo este asunto. Si De Juana se muere no se pierde gran cosa, y si no se muere simplemente reproduce el patrón que ya han sufrido otros presos y que probablemente sufrirán otros más en el futuro. No, no es el caso de De Juana el que me preocupa, y esto con todo respeto al dolor y la ira de los familiares de los 25 muertos, porque éstos ya no pueden volver a la vida ni otros asesinos van a dejar de matar simplemente porque se junten unos cientos de miles de personas en Madrid y se emitan arengas entre banderas españolas (y, de paso, ¿qué tendrá que ver la bandera española en todo esto?). Todos los gobiernos han negociado con ETA (porque, ¿para qué se reunió el PP con ETA cara a cara? ¿para mirarse un rato en silencio? ¿para jugar a las cartas?) y han hostigado policialmente a ETA, todo lo cual es legítimo o cuanto menos comprensible. Se ha intentado todo ya y nada ha traído la solución definitiva, porque la solución definitiva la tiene exclusivamente ETA en sus manos: en que un día decidan que no tiene sentido continuar por ahí. Mientras tanto, habrá que seguir constantemente esforzándolse por minimizar el daño, por todos los medios.

Y eso es el pequeño gran resumen para tanta sangre, con la salvedad de que al menos en los últimos años se ha reducido drásticamente el número de muertes y atentados. En ese océano de dolor, De Juana es una gota cuantitativamente, cualitativamente y moralmente. Yo también creo que el Gobierno se ha equivocado al ceder al pulso de este cabronazo, pero porque yo no creo que la gente de ETA sea valiente precisamente, no creo que estuviese dispuesto a llegar hasta la muerte de verdad. Pero así y todo, os aseguro que me duele mucho, mucho más la debilidad que demuestra este y anteriores gobiernos ante problemas infinitamente mayores como la vivienda o la precariedad en el empleo de I+D. Lo siento, alguien tiene que decirlo.

Pero España es así: en los edificios que tienen goteras y cucarachas, los vecinos siguen empeñados por poner en primer lugar del orden del día de las reuniones la pintura de la fachada. El PP es responsable ahora mismo de un daño moral hacia la sociedad española que sí, es mucho más grave que el caso De Juana por sí solo: han conseguido magnificar el asunto hasta empezar a producir una fractura social y un enfrentamiento en la población, en su misma base. Lo que es yo, lo siento, no pienso pelearme con nadie en la calle por el caso De Juana. Hasta ahí podíamos llegar. Ya lo decía al principio, será que soy raro y me tienen en vilo fruslerías, en lugar de las apocalípticas predicciones de los profetas Rajoy y Rubalcaba. Si hay infierno, que se vaya De Juana y también todos los que están canibalizando el hecho para crear crispación, que, esa sí, esa sí me da miedo.

Por lo demás, las conclusiones y la línea de acción, para mí, están claras: Yo, que no era votante socialista, voy a tener que serlo a fuerza de evitar que el PP alcance el gobierno, y hago estas recomendaciones: votantes de otros partidos, tratad de que lleguen a acuerdos con los socialistas para formar gobierno. Votantes del PP, sois muchos los que sois inteligentes y conscientes y en el fondo, aunque os cueste reconocerlo, estáis de acuerdo conmigo. No os pido que cambiéis vuestro voto porque comprendo que no hay otro partido en la misma órbita ideológica que el PP, así que votad en blanco. Por un lado, lanzaréis una reprimenda a vuestro partido; por otra, ayudaréis a que siga reflexionando desde una oposición, es decir, lejanía del gobierno, que se ha buscado.

Saludos,

JIGC